Hipopótamos


Estos son los primeros pasos seguros de un proyecto que tengo en marcha con una talentosa escritora. Por el momento no puedo contar mucho más, salvo que me tendrá ocupado unos meses, pocos de acuerdo con el compromiso que he adquirido (pero el arte es largo, hélas!), y que va de hipopótamos. Iré colgando pequeñas muestras de mis progresos.  

Frederic Manning



Este retrato de Frederic Manning aparece en la solapa de Los favores de la fortuna, clásico de la Gran Guerra editado recientemente por Sajalín. Es una novela excelente. A continuación el texto de la contraportada:

El soldado raso Bourne, voluntario del ejército británico destinado al Somme, no es como los demás: su poca presencia física y su manera respetuosa de hablar indican que se trata de un hombre educado y de buena posición. En el ejército, Bourne es una anomalía que sus superiores insisten en corregir ofreciéndole promoción. Pero Bourne, sin heroísmo, sin convicciones, de un modo que a todos resulta enigmático, se resiste a abandonar a sus compañeros y a librarse del sombrío destino reservado a quienes combaten en el lodazal del Somme bajo una lluvia de acero.

Publicada por primera vez en 1929 con seudónimo -debido al carácter escandaloso de su crudo realismo y de su fiel reproducción del lenguaje soez de los soldados-, Los favores de la fortuna se nutre de las experiencias de Frederic Manning como soldado raso en la batalla del Somme -la más sangrienta de la historia del ejército británico- y de un talento literario único. Considerada hoy en día un clásico indiscutible de la literatura de la Gran Guerra, suscitó encendidos elogios de ilustres como T. E. Lawrence, T. S. Eliot, E. M. Forster, Ezra Pound y Ernest Hemingway, quien afirmaba leerla todos los años «para recordar cómo fueron realmente las cosas, de manera que nunca tenga que mentirme ni a mí ni a nadie sobre esto».